23.3.12

Fantasías del pie izquierdo

Por Mónica Cabrera (Especial)

La tradición dice que, para que el día no se tuerza, hay que apoyar en primer lugar el pie derecho. El caso es que cuando te levantas con el pie izquierdo te pasas el día invertido.

¡Pobres pies!, los hacemos responsables del destino o la suerte de nuestros días. Y lo peor a mi parecer es que esto lo tenemos totalmente incorporado a nuestro lenguaje cotidiano.

Hasta los que dicen no creer, creen. Es más fuerte que nuestra voluntad.

Ahora bien, más allá del lado de la cama por donde nos levantemos, podemos en el día de hoy permitirnos pensar de otra manera. Por eso los invito a romper el paradigma de levantarse con determinado pie!!!!

¿Por dónde comenzar?

Por un cambio en la historia personal, a liberarse de viejos comportamientos condicionados hacia lo negativo; atreverse a adoptar una nueva forma de ver el mundo y de ahí a una nueva manera de comportarse.

A permitirnos mirar lo profundo de nuestro ser, y encontrar porque no, los tesoros que permitirán cambiar esta forma de ver las cosas, a conocer nuestros propios deseos, saber que necesitamos y empezar a buscarlo.

A transformar la realidad desde adentro.

A un cambio de ACTITUD.

La actitud, puede ser positiva o negativa, dependemos de ella para escalar la montaña más grande o para estar abatidos completamente, con el ánimo por el suelo.

La actitud involucra los pensamientos y las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos y la confianza que sentimos para resolver de la mejor manera todas las situaciones que se nos presenten; influye y afecta directamente nuestro estado de ánimo, acciones, relaciones personales, salud y, finalmente, nuestra calidad de vida y felicidad.

La actitud mental positiva es pensar en que las cosas SI se pueden realizar. Es pensar que lo que te propongas lo alcanzaras, con trabajo, OBVIO, porque nada en esta vida es regalado. La actitud positiva debe ser un hábito en tu vida, si quieres alcanzar cosas grandes, o el sentido a la vida.

No los invito a tener grandes sueños o pensamientos sino que los estoy invitando a hacer todo lo necesario para que el sueño sea realidad.

Permitámonos entonces al despertar visualizar qué es bueno para nosotros, que también será bueno para los demás y así nos levantaremos sin aferrarnos a viejos paradigmas. Buena suerte!!!!

13.3.12

¡A capacitarse!

Siguen abiertas las incripciones para las Capacitaciones No Presenciales.






¡Una interesante propuesta para seguir creciendo!


6.3.12

Marketing + Capacitación: ¡Combos de Comunicación!



Combo 1: Capacitarse para liderar

Combo 2: Clima Organizacional

Combo 3: Fidelización de clientes

Combo 4: Identidad visual


¿Vas a perder la oportunidad? Muy buenos precios y el Pre-Diagnóstico bonicado. ¡IMPERDIBLE!




¡Te esperamos!



1.3.12

Buscar a los mejores, ¿o formar a los mejores?

Por Hugo Barroso (Especial)

Una vez leí un artículo que ofrecía algunas claves para alcanzar el éxito dentro de un equipo: comunicación, liderazgo, buenas relaciones, orientación al cliente y otras habilidades, algo difundido en los libros de gestión de recursos humanos y puesto en práctica por muchas empresas. Pero una de las claves me llamó la atención: “contar con los mejores”. Me quedé reflexionando el tema, porque creo que en las organizaciones hay mucho esfuerzo por encontrar a los mejores, aún cuando a veces se vaya muy lejos en la búsqueda para convencer a los que consideran mejores, lo cual no sé si resulta útil realmente.

Lo cierto es que me quedé reflexionando en el tema. Entonces recordé que años atrás dirigí un equipo muy particular, debido a que sus integrantes estaban desanimados, ninguno era profesional y no veían futuro, no tenían ganas de seguir creciendo en la empresa y esperaban poder irse. Recuerdo que el gerente me dijo “es un equipo pobre”. Pero, ¿en qué radica la riqueza de un equipo?

Entonces el desafío era grande: o reemplazaba a todos los del equipo y buscaba a los mejores, o los ayudaba a ser los mejores. Volví a leer el artículo, era claro: “contar con los mejores”; debía tener al mejor equipo para lograr los objetivos en un corto plazo, muy breve. Entonces tomé la decisión: comencé a mirarlos con detenimiento, a encontrar en cada uno de ellos eso que los hacía únicos. Encontré cosas que me gustaron y me pregunté, ¿cómo hago para que den lo mejor de sí?
La primera reunión fue un desastre, cada uno se esforzaba por mostrar que el mejor modo de hacer las cosas era el suyo. Salí bastante preocupado de esa reunión pero al ver las anotaciones que tomé mientras estábamos en esa sala, observé que todos tenían algo de razón y que, si conseguía que entre ellos se comunicaran, seguramente lograrían hacer algo mejor de lo que individualmente proponían.

Esa noche cuando llegué a casa, vi una interpretación del tema de Queen “Rapsodia Bohemia” hecha por los Muppets. Y aunque era una versión diferente, era muy graciosa y emocionaba igual que la original. Entonces se me ocurrió mostrarle los dos videos a mi equipo y preguntarles cuál de las dos versiones era mejor para cada uno de ellos. Así lo hice y se planteó un largo debate. La conclusión fue que las dos son buenas, y que ambas logran su cometido. Mi mensaje fue claro a partir de esa reflexión: no hay una sola forma de hacer las cosas, hay muchas, y si juntas pueden hacer que los objetivos se cumplan, entonces son las mejores.

Desde ese momento la premisa fue “hacer las cosas de la mejor manera que nos salga, pero siempre alcanzar el objetivo”. Así, ellos descubrieron que podían llevar adelante los procesos a su manera, pero también al consultar con los demás, las posibilidades se ampliaban y era mejor para alcanzar los objetivos con éxito.

Al final del año se superaron las expectativas, había alegría, buena comunicación entre todos, se crearon relaciones duraderas y hasta recibimos una felicitación por superar con éxito los objetivos.

Hoy no creo que la clave sea tener siempre a los mejores, creo que resulta más útil hacer que cada uno de los que forman un equipo ofrezca lo mejor de sí, aprovechando sus capacidades y, fundamentalmente, dándole la libertad de elegir la forma o el modo de alcanzar los objetivos.